La mentalidad en el mundo deportivo es muy importante. Cuanto más arriba estás, más importancia adquiere. Se oye mucho aquello de “es todo mental” cuando oyes hablar a gente de carreras de larga distancia, o deportistas de alto nivel competitivo o exigencia. Jonh Stockton, una de las carreras más longevas en la NBA, Hall Of Fame, decía que el baloncesto era 90% mental, 10% físico. Este tío no era, ni mucho menos, de los jugadores poderosos que nos imaginamos en la NBA: tíos de 2 metro y pico que saltan por encima de tu cabeza, y de dos zancadas están al otro lado de la pista, no. Tenía pinta de granjero blanquito de Utah, más bien flaquito y con cara de malas pulgas. Quizás esto último le ayudó a sobrevivir en un deporte que salta a la vista que el físico es imprescindible. Pues bien, decía eso y para mantenerse en la élite 20 años, estoy convencido de que así es.
Evidentemente un mínimo de físico debes tener, pero una vez superado eso, la mentalidad ganadora, de sacrificio, de lucha, de levantarte cada vez, de devolver cada golpe, es sin duda el motor que mueve tu cuerpo.
La milla extra es uno de los conceptos que más me gustan. Si hay que hacer 10, saco 11. Siempre llegar al siguiente árbol, a la siguiente marca. Eso te hará completar tus 10 a tu máximo nivel y además te preparará para seguir avanzando. Te sacará de los momentos más bajos y no caerás en el esfuerzo mínimo. Te ayuda a mantener la concentración y a perseguir tu objetivo.
En entrenamiento, veo muchas personas y todas diferentes. Las que tienen la milla extra en mente, son aquellas que mejores resultados consiguen. No paran antes de tiempo, sino que aprietan y sacan más repeticiones antes de que el reloj marque el final.
Si quieres sacar la mentalidad de “milla extra” tienes que ser determinante con lo que quieres, es un estilo de vida y no es sólo hacer más ejercicio. Querer ser mejor que ayer, y saber que con esfuerzo se consigue. No es happy flower in the sky, no. Es saco lo mejor de mi cada día y con ello voy avanzando.